Conclusiones

La integración de la adaptación al cambio climático en la evaluación de impacto ambiental es fundamental para proyectos de infraestructura, requiriendo el uso de proyecciones climáticas futuras —más allá de los datos históricos— para simular variables críticas como precipitaciones, niveles del mar y caudales fluviales, lo que permite evaluar la vulnerabilidad y resiliencia de los proyectos.

Se destaca la necesidad de implementar medidas de adaptación proactivas, como buffers operativos y sistemas flexibles, para asegurar la funcionalidad continua ante eventos extremos, subrayando la urgencia de reevaluar proyectos bajo escenarios climáticos actualizados para garantizar su sostenibilidad y reducir riesgos frente a la crisis climática.